Tour Marroc Club Terra Yamaha 2010

El Club Terra Yamaha ha celebrado la cuarta y última gran ruta de este año 2010 en tierras africanas. Este año hemos sobrepasado los objetivos marcados a principios del ejercicio, volviendo a organizar viajes y aventuras especiales para que nuestros clientes puedan disfrutar de sus vehículos Yamaha.

A lo largo de este año se han organizado la ruta España Interior (abril), la reconocida Transpirenaica (mayo), la Rumaniacs (octubre) y, ahora, el Tour Marroc.

El pasado 4 de diciembre arrancó la gran ruta Tour Marroc 2010, donde todo empezó en los aeropuertos españoles. Esto no estaba en nuestros planes, pero también quedará en nuestras memorias. Pasaron unas horas, y finalmente decidimos viajar en coche hasta Algeciras, para ahí embarcar en un ferri. Cruzamos el estrecho, desembarcamos y en taxi fuimos a Tánger, donde se nos anuló de nuevo un vuelo. Ahí alquilamos unos coches para viajar a Casablanca. Vuelo a Ouazazate y traslado en bus hasta nuestro hotel en Dades.
Tras un merecido descanso por el extraño viaje, por fin la ruta con nuestros ATV Yamaha arrancaba el lunes 6 de diciembre. A lo largo del valle de Dades, atravesamos el país de las rosas, el Kelaât M’Gouna, donde se fabrica el agua de rosas tan preciada por su color. Cruzamos las gargantas de Dades, donde en función de la luz del día la roca se tiñe de rosa, rojo, naranja o malva.
Erfoud es la capital de la Tafilalt, el mayor oasis en Marruecos, con aproximadamente 25.000 habitantes. Llegamos entonces al Erg Chebbi, que es el más alto y el más extenso del Sáhara marroquí. Sus dunas más altas superan los 150 metros de altura.
La siguiente etapa arrancó en Erfoud y finalizaba en Merzouga, en una jaima rodeada de kilómetros y kilómetros de finísima arena. En un campo de dunas móviles como es Erg Chebbi, disfrutamos a lo grande de la experiencia vivida tras recorrer unos 140 kilómetros y de poder observar grandes escenas naturales.
La tercera etapa discurrió entre Merzouga y M’Hamid. Etapa de largo recorrido con más de 280 kilómetros, muy “dakariana” e impresionante.
Al día siguiente tuvimos la etapa más larga y, posiblemente, la más espectacular. Recorrimos 40 kilómetros del lago Iriki, ofreciéndonos un paraje que es todo libertad. Mires a donde mires la vista se te pierde en un horizonte absolutamente plano y sin fin.
La última etapa recorrió ya por el Atlas. Volvimos a sentir el frío de las montañas antes de descender hacia Marrakech.

Las 16 personas que hemos realizado el viaje nos quedamos con la sensación de habernos dejado algo en Marruecos, con ganas de estar de nuevo ahí. Nostalgia hacia un territorio y unas gentes difíciles de olvidar.